Aquel día fue… Muy variado… En primer lugar estuve descansando toda la mañana… durmiendo. Ceres no me había levantando, seguramente confiaba en que despertaría solo… No lo hice. Poco después recibí una visita, Alda, Ceres me matará por haberla dejado entrar… Así pues, decidí marcharme. Me encontré con Jasper y Sieth, hacía tanto que no me paraba a hablar con ellos que cuando se tuvieron que ir realmente quería retenerles. Pero eran jóvenes y debían disfrutar la vida. Jasper… no te confíes. No vale la pena.
Tras encontrarme con ellos, fui a dar una vuelta por la ciudad. Realmente no esperaba encontrarme con nadie pero de pronto, frente a mi… vi a Elisabeth. Increíblemente se estaba acercando a un muchacho, en plena calle. Lo había seducido y era en ese momento cuando iba a darse el festín. Carraspeé, pero ni siquiera me miró. Por lo que tuve que sujetar al tio con fuerza, apartarlo de ella y quedarme yo delante de Elisabeth. -¿¡Pero qué haces, tio!?-gritó el sujeto. -Lárgate si quieres vivir.-Le gruñí.
En un principio supongo que quiso plantarme cara. Poco después acabó huyendo de allí, luego miré a Elisabeth de reojo. Sin duda los vampiros no pueden cambiar… Solo destruidos son capaces de dejar a las almas humanas en paz, y no perturbarlas . -Me has estropeado mi comida mutante.-me espetó al vampira mirandome de reojo. -Tranquila, no es lo único que te estropearé hoy.-Comenté mientras me giraba hacia ella. -Dime una cosa... ¿porque no me dejas tranquila de una puta vez? Comienzas a resultarme muy molesto.-dijo mirandome a los ojos. -Porque tengo un asunto pendiente contigo y...-miré a mi alrededor, luego mis ojos volvieron a ella.- ... Alda ya no está para protegerte. -Tampoco quiero que lo haga, ella es la unica persona que me importa de verdad.-dijo ella aun mirándome fijamente. -En fin, sea como sea, vas a morir hoy.-Mis cadenas fueron hacia ella y, aunque las esquivó, al final fue apresada.- ... sigues herida. ¿eh¿ -Igual que tú.-Elisabeth miró a su alrededor.-¿Vas a matarme en medio de la calle? -¿Qué problema hay?-pregunté encogiendome de hombros, luego la miré sonriendo.- Es un buen lugar para morir. -¿Estas seguro?-dijo con una sonrisa muy segura.-Mira ese de allá-señaló a un hombre que leía distraídamente el periodico.-Es un vampiro con el que estuvemedio liada, ese otro.-señaló a otro.-es primo de un viajo amigo mío... Y así hay varios, con un solo grito se abalanzarían sobre tí. -No tengo miedo, Elisabeth. Les mataría para luego centrarme en tí. -¿Te crees el mejor no? Si yo conseguí herirte, ellos conseguirían matarte.-dijo clavando la mirada en mi.-Te sugiero que si quieres matarme, me arrastres a otro sitio.-No parecía tener nada de miedo, me miraba cons eguridad.
Entrecerré los ojos mientras sonreía y comencé a ahogarla, allí mismo. Me daba igual que hubiera tantos vampiros cerca. Solo quería... ver como su vida desaparecía. Me miró con los ojos muy abiertos, ya que ignoraba sus advertencias. Sin embargo pese a que la estaba ahogando no conseguía borrar esa sonrisa de su rostro, en ese momento dos vampiros se abalanzaron sobre mí. Sin utilizar las cadenas, saqué un puñal y se lo clavé a uno en el corazón mientras golpeaba a otro, luego también se lo clavé en el mismo sitio al segundo. Comenzaron a agonizar y... a desaparecer a la manera vampiro. Les había arrancado el corazón de cuajo. Entrecerré los ojos y miré a Elisabeth, aún con la respiración algo agitada. -Hijo de puta...-murmuró ella que estaba un poco mas suelta. -Tranquila.-Comenté, las cadenas la dejaron justo en frente de mi mientras la ahogaba cada vez más.- No te dolerá... -Me da igual que me duela.-espetó con frialdad. -¿Lo dices en serio?-pregunté con una sonrisa en el rostro. Hice que las hoces se clavaran en su piel, lo que provocó que gritara. -Total..mente.-dijo aguantando el dolor, un hilo de sangre le corrió por la boca.
Con mi mano derecha quité aquel hilo que salía y luego volví a mi posición inicial mientras esperaba que acabase muriendo. Tenía los ojos entrecerrados. De pronto todo se volvió oscuro, noté que las cadenas se aflojaban y aunque intenté volver a tensarlas, eso solo provocó que mis piernas fallasen. Caí al suelo de rodillas, fui a levantarme pero me tambaleé y terminé de nuevo en el suelo de rodillas. Cerré los ojos con fuerza. No me había dado cuenta de que mis heridas habían sido tan graves... levanté la mirada. En ese momento noté ke me agarraban del cuello, abri los ojos y ví a elisabeth que pese a las heridas se mantenía en pié, me arastró a un callejon que había al lado. -Lo siento cariño... pero no me gusta dar la nota si no es encima de un escenario.-comentó sonriendo. Cogió un puñal que guardaba ens u tobillo y me lo puso en el cuello. -¡Serás!-Gruñí, intenté mover mis brazos. No... no respondían.
Ella aun con el puñal en mi cuello, acercó su boca y deslizó su lengua por mi piel, lueog me susurró al oído. -Vas a tener que substituir a mi comida.. mutante. -¿No dices que los mutantes sabemos mal?-pregunté, luego reí. -Bueno... cuando hay hambre hastaq las ratas sirven.-comentó y luego clavó sus dientes en mi cuello y comenzó a chuparme la sangre.
Abrí los ojos con fuerza, intenté moverme bruscamente pero... no podía. Estaba débil de antes y el hecho de que estuviera absorviendo mi sangre solo hacía que estuviese, si podía ser, aún peor... Entrecerré los ojos por un momento, maldita vampira, maldita desgraciada... -... ojalá...-susurré.-... te atragantes... -Mmmm me acabas de dar una gran idea -dijo dejando de chuparme la sangre y sonriéndome con malicia. -¿No me digas?-Ironicé, notaba mi cuerpo pesado. Tenía ganas de... dormir...-... debería.... dejar de dar ideas.... a las serpientes... como tú......
Ella se me acercó mucho, aun me amenazaba con el puñal y me hizo un leve corte, luego la mió mi sangre y volvió a mirarme. -¿Quieres sientir el placer de beber sangre Johann? -No, paso.-Comenté. -Pues... te jodes.-dijo morndiéndose el labio y haciendose una pequña herida, luego se acercó y me besó.
Bruscamente recuperé la fuerza por un momento, por lo que la empujé lejos y luego comencé a escupir. Tarde... Coloqué mi mano en mi cuello y me arrastré por la pared hasta quedar sentado. Tenía calor, todo mi cuerpo ardía... La boca me sabía a sangre, SU SANGRE. Me faltaba el aire... Abrí los ojos con fuerza... intentando respirar. No podía... me ahogo, me ahogo... La miré levemente, aunque no pude ver la expresión de su cara. Me desmayé.
No se si pasó mucho o poco rato, pero cuando desperté estaba tendido en una cama y atado, no había rastro de Elisabeth, estabaen una habitacion de color amarillo palido, con un tocador, un armario.. lo normal. -Maldita sea.-Gruñí, intenté lenvarme pero las ataduras no me lo permitieron. No estaba débil pero... algo extraño recorría mi cuerpo. No me permitía utilizar las cadenas.
Oí pasos y entonces vi a Elisabeth apoyada en el marco de la puerta. -Hola.-dijo sonriendo. -¿Ahora te dedicas también a secuestrar a gente? -No, pero me daba pena dejarte ahí, pudiendo disfrutar un poco más contigo. -¿Qué, al final te has enganchado a mi? Lo siento, no me gustan las mujeres de tu calaña. Sois tan... comunes. -Mas quisieras.-dijo ella acercándose.-Simplemente... disfrutaré haciendote un poco más de... daño.-sonrió mientras me clavaba las uñas en el brazo. -Que vida tan triste llevas si es eso lo que te hace disfrutar.-Había dolido, sin embargo, lo disimulé y la miré sonriendo. -Nadie ha pedido tu opinion, soloe res un error genético.-espetó clavandomne su puñal en el hombro. -oh...-Clavé mis ojos en ella.- ¿Volvemos al mismo tema del otro día? Aquí la única aberración eres tú, Elisabeth. -¿Te han dicho alguna vez que calladito estas mas guapo?-espetó sacando el puñal bruscamente para desgarrarme la herida. -...-Reí.- ... No... me han dicho que estoy guapo de todas las formas.
Elisabeth sonrió con malicia. -Es cierto... por eso disfrutaré, haciendo que te estremezcas de dolor... dijo volviendo a clavar el puñal, esta vez en uno de mis muslos. -sucia y estúpida vampira....-gruñí mientras mis ojos estaban clavados en ella.- No me estás haciendo daño, no vas a sacar ni un grito de dolor por mi parte. -¿Y porque tiemblas?-dijo ella con una sonrisa burlona.-¿Crees que no lo noto? Te estremeces solo con que te toco.. ¿Acaso te gusto Johann? -Más quisieras. Te repito que no eres mi tipo, eres muy común. -¿Y tu que sabes?-dijo sentándose sobre mí para poder hacerme unas heridas mas profundas. -Solo hay que ver....-notaba como perdía mi sangre, como fluía. Pero debía mantenerme firme. Como siempre...-... como te comportas. Eres demasiado simple, demasiado bulgar, demasiado común. -No te he traido aquí para que me digas cuales crees que son msi defectos.-espetó dándome una patada en la boca. -...-Me carcajeé mientras colocaba mi rostro en su posición anterior y con la lengua me quitaba la sangre, que salía de la herida provocada en mi labio por ella.-. Eres muy... impulsiva. ¿no te parece? -¿Y que? -Que eso es malo, y aún más para alguien de tu edad. -¿Mi edad? No sabes cual es mi edad Johann, además, por si no te has dado cuenta, para cazar me va de fábula, los hombres sois tan simples..-dijo con burla. -Solo vas a por aquellos que no te pueden recorcer el cuello.-Intenté levantarme y, aunque por un momento lo conseguí y estuvimos cara, luego las ataduras me hicieron acostarme de nuevo. -¿Sabes? Me aburres. -Y tú a mi...-Miré hacia otro lugar del cuarto, luego bostecé. -Entonces lárgate.-espetó -Si me sueltas.-Contesté mirándola de reojo. -Si te suelto.. intantarás matarme. -¿Yo? ¡Qué va!
Ella rió divertida y me soltó las piernas. -Eres un imbécil. -Vale, muy amable. Ahora las manos.
Ella se acercó y comenzó a desatarme las manos, pero cuando ta me había desatado me di cuenta d eke no podía moverme. -Ya estas desatado.-sonrió. -De acuerdo, ¿qué mierda me has inyectado? -¿Yo?-dijo haciéndose la ofendida.-¿Como puedes pensar eso de mi? -¿Qué es lo que me has dado?-repetí, intenté moverme. Fue inútil. -Se llama Floriknodetal. Es un veneno de un insect5o de las selvas amazónicas que te deja completamente paralizado, pero mantiene tus constantes vitales. -Ah. Mierda, me tuvo que tocar una vampiro que ve los documentales... -No, que lee mucho.-corrigió.-Me parecía aburrido matarte con algo como el arsénico, aunque lo que te he daod no va a matarte, de echo en unos minutos ya deberias poder moverte. -Oh...-giré la cabeza hacia un lado, sin mirarla.- Entonces se te ha acabado la diversión, que pena... -Si.. una lástima.-dijo girándose.
Sonreí levemente mientras aún continuaba mirando hacia ese lugar. La sangre continuaba brotando, mi cuerpo estaba paralizado. La mire de reojo. La mataría... muy pronto la mataría... Elisabeth se giró para mirarme. -Lárgate de aquí. -en cuanto pueda.-Le gruñí. Intenté moverme... ¡muevete, muevete!... no, no había manera.
Elisabeth me miró de reojo y se marchó ondeando la melena. El despertar de mi cuerpo fue doloroso, los músculos aparentaban estar destensándose y eso... dolía. Me senté mientras mi respiración era agitada, ya no me importaban las heridas, ya no me importaba las dos marcas de mi cuello y que mi boca supiese a sangre. Iba a por Elisabeth. Comencé a caminar lentamente por aquella casa, con cuidado de no hacer cuido. La encontré en la cocina, la sujeté desde atrás y la hice contra la pared, inmovilizándola. Mis cadenas aún no obedecían, pero podía encargarme perfectamente de ella. -¿Qué pasa, pequeña?-Le susurré al oído.- ... me has hartado. -Vaya.. ya puedes moverte.-dijo ella con seguridad. -Sí, ya puedo.-Respondí, intentó moverse pero la sujeté aún con más fuerza. -Jaja.. ¿vas a matarme? Adelante.-Esa seguridad y esa formna de hablar tan altiva me hacía odiarla cada vez más.
La hice girar, hasta que quedase frente a frente conmigo. Le quité de sus ropas el cuchillo con el que me había herido y se lo acerqué al cuello. Mis ojos quedaron clavados en ella y sonreí. Ella tambien sonrió, y no hizo nada por soltarse o escapar, simplemente clavó sus ojos en los mios. -¿No piensas luchar como la otra vez?-pregunté decepcionado. -Ya te lo he dicho.. me aburres.-espetó ella, pero entonces me dió un rodillazo en la entrepierna.
Eso solo provocó dos cosas en mi, que sujetaba con más fuerza sus manos y que el cuchillo acabase clavado en su cuello. Me agaché un poco, pero sin soltarla. Luego me levanté bruscamente y la golpeé con el codo en la cara, para luego volver a herirla en el cuello con mi cuchillo. A ella le costaba respirar por culpa de la herida, sin embargo en ningun momento dejó de sonreír. La última vez que la vi no estaba tan sonriente... Realmente mi sangre le sentó mal. La sujeté aún con más fuerza mientras me acerqué a su oído, vi que me miraba de forma extraña y le susurre: -No vuelvas a probar sangre de mutante... te sienta mal. -Pues la del otro me sentó de fábula.-dijo ella. -¿El otro?-pregunté, quedando cara a cara. Mirandola de forma severa.-¿quién? -Eso no te incumbe, cotilla.-contestó desafiante. -¿No me incumbe?-rocé sin herirla sus labios un luego su mejilla, para luego hacer un pequeño corte en su hombro.- Sí me incumbe... -No. -Sí. ¿Jasper quizá? Así que esa perra eras tú... -Vaya, así que le conoces, sí, es un mutante bastante extraño, pero su sdangre estaba deliciosa y...-me miró con una sonrisa malévola.-Me la dió por propia voluntad. -Jasper es demasiado bueno. ¡Una escoria como tú no debería haberse encontrado con él!-Grité, quedamos cara a cara. Muy cerca.
Ella comenzó a carcajearse. -Vino él a verme cantar así que échale a él la bronca. -pero tú... tú te aprovechaste de él. ¡Eres escoría! -¿Yo? De eso nada, me negué a que me ayudara, pero él insistió y al final simplemente tomé la cantidad justa de su sangre para alimentarme y no le hice ningun daño, además...-me miró con desdén.-¿Porque intentas ser el héroe del mundo? Metiendo las narices en todas partes.. eres insoportable y muy molesto... -No eres quien para pedirme explicaciones.-Espeté, luego entrecerré los ojos.- Y tú no haces más que meterte en mi vida. -¿Yo en tu vida? Eres tú el que me va detrás todo el día, pareces un acosador Johann.-rió. -Primero aquel estudiante...-refunfuñé.- Luego Jasper. No paras de hacer daño a la gente de mi alrededor.
Ella fue a abrir la boca, para protestar. Pero no se muy bien porqué, quizá para hacer que se callase, la besé profundamente en los labios. La sujeté aún con más fuerza, mientras la pegaba contra la pared. Mi cuerpo estaba extraño, YO estaba extraño. Pero no podía parar. Ella intentó soltarse en un principió resistirse a mib eso, pero al final se dejó, lueog me miró. -¿Que crees que haces? -Cállarte la boca.-Espeté, confuso, luego la solté para apartarme de ella.
Pero entonces ella me agarró del cuello de la camisa y me hizo hacia ella luego me besó apasionadamente. Me apoyé con mi mano derecha a la pared de la cocina mientras continuaba con el beso, me separé unos milímetros pero... volví a besarla. Noté su mano derecha en mi, intentando hacer un gesto falso para que me apartase, sin embargo, entrelacé mis dedos con los suyos y empujé dicha mano contra la pared. Seguimos besándonos y acaricié su cuello con la mano que me quedaba libre, ella por su parte posó la mano que le quedaba libre en mi hombro, pero sin hacerme daño. Rodeé a Elisabeth con mis brazos y la abracé mientras continuaba besándola, ella tambien seguía besandome y había colocado sus manos al rededor de mi cuello, que acariciaba suavemente, la tenía contra la pared y cada vez me pegaba mas a ella. Comencé a besarle en el cuello, noté como alzaba el rostro y su respiración era cada vez más agitada. Acariciaba su cintura levemente... no, ya no había manera de volver atrás. No, no podía controlarme. Maldita sea... Fijé mis ojos en ella. Ella tampoco podía controlarse y no estaba fingiendo. Tras besar su cuello dirigí mis besos a su oreja, se estremeció levemente mientras me acariciaba la espalda metiendo las manos debajo de mi camisa, luego acercó su boca al lóbulo de mi oreja y me lo besó e incluso le dió un leve mordisco, luego me besó el cuello. Yo seguí jugueteando con su oreja y ella se apretó contra mí abrazándome. Aún tan agarrados, comenzó a retroceder mientras tiraba de mi y yo continuaba besandola. Le quité la chaqueta que llevaba, la lancé lejos, y mientras con una mano la abrazaba, con la otra desabotonaba su blusa. Quedó contra la mesa, noté como dio un leve quejido y la coloqué encima mientras comencé a besar lo que era visible de sus pechos. Mientras la besaba ella comenzó a desabotonar mi camisa mientras seguía acariciándome. Le quité la blusa y miró al techo con los ojos cerrados mientras se agarraba a mi y yo continuaba besando sus pechos e intentaba ahora quitarle el sujetador. Poco después levanté la cabeza y quedé cara a cara con ella, entrecerró los ojos y se mordió el labio inferior para luego besarme. Seguimos besandonos apasionadamente y ella comenzó a quitarme la camisa mientras yo seguía besando y acariciando su cuerpo, entonces en pleno beso escuchamos una puerta cerrarse y alguien acercarse. -Me estorbáis el paso-nos dijo Alda con una sonrisa, apoyada en el marco de la puerta. Miré bruscamente hacia ella, y me aparté de Elisabeth. -Ah, eh... esto...-susurré, luego miré a otro lado, poco después mis ojos regresaron a Elisabeth.- ¡Ves, siempre que intento ahogarte aparece ella!
Elisabeth se quedó en silencio mientras se colocaba la blusa y nos miraba a Alda y a mi de reojo. La otra vampira movió la cabeza de un lado a otro. -Esta semana he aprendido-dijo Alda, recorriendo con un dedo su garganta y bajando lentamente-que tanto humanos, vampiros, mutantes, Eli o Johann-el dedo alzanzó su estómago y se quedó ahí-se rigen...por sus más bajos instintos.
Y riendo como si nada, pasó entre nosotros dos y empezó a ordenar la cocina. -Ehm...-Miré a Alda mientras me colocaba bien la ropa.-Te equivocas. -Me gusta tu forma de demostrarlo-respondió. -Márchate de aquí si no quieres qure te mate.-espetó Elisabeth, aunque no sonaba nada amrenazador. -Tsk, tienes una suerte impresionante.-Comencé a caminar hacia la puerta.- Siempre que estoy apunto de matarte aparece ella. Adiós, Alda. -Quizá eres tu le que tiene suerte, la próxima vez te mataré.-Contestó Elisabeth.
Alda me despidió moviendo ambas manos. -Jah.-Respondí a lo dicho por Elisabeth, luego me marché de allí rápidamente
Out: Gracias a Elisabeth (¬////¬ xD*besito*) y a Alda xDDD... Ceres me va a matar...