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7.8.07

 

Así que un justiciero...
Por la misma regla de tres, habiendo visto algo tan horrible, yo debería querer matar a los mutantes que matan vampiros, y viceversa.

Tengo planeado vivir otros doscientos años más, así que...Me tomaré esta "guerra" con calma.
Espero no ver a ese profesor mutante nunca más.
Gracias y hasta nunca, pensé, refiriéndome al dinero que había logrado sacarle el día anterior.

Dejé de pasar el paño sobre las estanterías y acerqué mi cara hasta una serie de peñas campanitas. Las rocé con el dedo y tintinearon suavemente. Lo hice varias veces hasta lograr una melodía repetitiva.
Al compás de esa melodía comencé a reflexionar sobre mi vida hasta ahora...

Otra campanita resonó, pero no era de las de la colección...Era la campana de la puerta.
Me giré con una sonrisa amable.
-Lo siento, está ce...
-Buenas.-Saludó el visitante... Era... Aquel mutante.
-...cerrado-mi sonrisa se desvaneció.
-Jeh. ¿En serio?-preguntó.
-Estaba haciendo inventario, sí-respondí con un leve asentimiento.
-Me gusta tu casa.-Informó.

Lo miré, escrutándolo.
-No vivo aquí-le dije con una sonrisa forzada, tanteándolo.

Recitó de carrerilla mi dirección, luego sonrió ampliamente.
Me alejé de las campanillas y me senté sobre la mesa que me servía de mostrador.
-¿Me estás siguiendo?-pregunté con una leve sonrisa-¿Debería sentirme halagada...o asustada?
-Tú no te tienes que sentir de ninguna manera.-Comentó, luego se cruzó de brazos.- Sin embargo, tu compañera...
-Ah, claro. Es ella la que se lleva todos los admiradores.
-Admiradores...-Asintió con la cabeza, sonrió y luego me miró. había... ¿había malicia en sus ojos?

No me gusta esto. El modo en el que había pasado a hablarme...Ya nos tuteábamos, pero no con calidez ni mucho menos...
¿Como dos enemigos?
¿Como cazador y presa?


Le sonreí yo también, con cuidado de no mostrar mis colmillos más de lo necesario.
-Sí.
-Oh, por supuesto que no.-Respondió.-Prefiero a las vampiros como tú. Sin embargo, hay un asunto que me liga a ella. Quiero que la avises.
-No me siento con ganas de jugar a los mensajeros-jugueteé con mi pelo.
-Si no un día entraré a tu casa y la mataré. Como a aquella vampira.
Dejé escapar una suave risa.
-Una cosa es aquella vampira, otra muy distinta mi compañera...

O yo. Pero no tenía intención de pavonearme.
-Ya, lo sé. Creo que será divertido pelearme con ella por segunda vez.-Hizo énfasis en las últimas dos palabras.
Bostecé.
-¡Eres muy aburrido! ¿Sólo piensas en pelear, matar y entrar a la casa de dos chicas indefensas?
-Qué graciosa eres.-Me miró divertido, luego hizo la cabeza hacia un lado.
-Gracias.
-Avísala.-Dijo con tono serio, luego se giró hacia la puerta.
-¿"De parte del tío de las cadenas, quedas avisada"?-pregunté, enarcando una ceja.
-Oooh pero verás-alcé un dedo y lo moví de un lado a otro-.No podré dejar que eso pase.
-Por eso te he dicho que eres divertida.-Respondió, luego se paró en el umbral de la puerta.- Jeh...
-Gracias-repetí-¿Te imaginas lo que podría pasarle a una vampira como yo, sin alguien que la proteja?
-Que sería feliz.-Tras eso, se marchó.
-No, que tendría que trabajar-mis palabras hicieron un poco de eco.


Justo cuando pensaba volver a mi tarea, asomó su cabeza por la puerta.
-¿En serio?-preguntó.
-¡Ay, has vuelto! ¿Me ayudarás a limpiar?-dije haciendo como que no había oído su pregunta.
-Si quieres.-Respondió él.

De hecho, pensé que me respondería no...
Pero una mano extra, aunque sea una con cadenas...
Le lancé un trapo húmedo, riendo.
Tomó el trapo al vuelo y entró... realmente... ¿Lo dijo en serio?
Comencé a pasar el paño por la siguiente estantería, sin embargo, lo vigilaba al mismo tiempo. No me fiaba...no podía fiarme.

Si Elisabeth se enterase de esto...¡Qué cara pondría!

Él limpiaba con energía, lo cierto es que lo estaba dejando todo muy limpio. Tenía los ojos clavados en su trapo, luego sonrió por un momento.
-¿Ocurre algo?-le pregunté, curiosa.
-Que esta situación es extrañamente cómica.-Luego me miró, sonreía.
-¿En serioo?-dije con cinismo, poniéndome de puntillas para quitar la suciedad rebelde en lo alto de un armario-.Supongo que para alguien que lucha contra vampiros, luchar contra...el polvo le resulta bastante extraño.
-Creo que te equivocas conmigo.-Indicó él.
-¿Ahora viene la historia donde los vampiros masacran a tu familia y decides vengarte?-dije, dejando de limpiar y girándome para observarlo.
-No.-Negó con la cabeza.- No tengo trauma familiar. ¿Y tú?
-Un poquito-admití.
-Oh.-Exclamó, luego me miró levemente.- ¿Alguien pegó a tu familia delante de ti?
Sonreí.
-Cuando por fin dejé de servir a mi antiguo amo...-me puse las manos a la espalda y me balanceé, como una cría-.Mi familia había muerto de pura vejez.
-Es lo que tiene ser vampiro.-Comentó, luego se giró para continuar limpiando. Por sus palabras, parecía "entenderme".
-¿Tú qué sabras?-me burlé-.Matando vampiros no se les llega a conocer.
-A veces aprendes algo, incluso de tu peor enemigo.-Respondió.- O también puedes tener cosas en común con éstos.
-¡No mires ahora! ¡Estás limpiando la tienda de tu peor enemigo!-me llevé ambas manos a las mejillas, en un además de falsa sorpresa.
-Tú no eres mi enemiga.-Me miró levemente, no pudo evitar reir.
-Sólo tu mensajera-lancé mi paño a un rincón-¡Listo!
-Puede ser.-Se encogió de hombros y me lanzó el trapo.-Ya está.

Dejé que el trozo de tela me golpeara en la cara, luego lo dejé caer al suelo.
-Gracias.
-De nada.-Él me miró, luego se echó a reir.
-Parece que tu humor ahora está muy distinto a cuando entraste...-comenté, tomando mi bolso.
-Sigue siendo el mismo.-Caminó hacia la puerta.
-¡Qué pena!-me burlé-¿Quieres que vayamos a cenar juntos?-dije a propósito-¡Ay, no! ¡Qué fallo!-solté una carcajada-.Lo siento.
-Repito, eres muy graciosa.-Comentó con ironía, mientras observaba como cerraba la tienda.
-Si lo repites tanto, pensaré que no es una frase tan inocente como parece...
-Es que tengo poco repertorio.-Respondió.
-Ya, bueno...-me estiré-Oye, ¿cuál era el recado...?
-Que Elisabeth va a morir.-Comentó, luego se cruzó de brazos y caminó calle arriba.
-¡Eso, eso!-junté las manos en bocina-¡Antes de venir a nuestra casa a matarnos sádicamente, avísame! ¡Para limpiar un poco!, ¿sabes?
-¡No hace falta!-Hizo un gesto con la mano.- Limparás luego.
Sonreí y le despedí con la mano.

Cuando se perdió en la lejanía, perdí mi sonrisa, que se transformó en una mueca de desagrado. No podía creerme que me hubiese ayudado, viendo como entró a exigirme.
Ah, le parezco "graciosa". Encantador. Sólo espero que no se acostumbre a visitarme.

Había malicia en sus ojos...¿Es maldad malicia, o malicia maldad?

Vale, esa frase no es mía. Y tampoco es así, pero viene al caso.

¿Elisabeth, qué has hecho...?
¡Que no quiero luchar!
¿Es tan difícil de comprender?


Cuando nadie me veía, alcé el vuelo para dirigirme rápidamente a casa.
"Elisabeth va a morir"

Tendrás que partirme los colmillos primero...

//Out// Creo que quedo muy largo pero...hace tiempo que no los hago largos =D asi q me perdonais? XD Gracias Lore por rolear! //Out//



Kaori maldijo la ciudad a las 1:29 a. m.